martes, 24 de abril de 2012

Sandra


Sandra era una niña alta, guapa, simpática, inteligente y sobre todo habladora. Era una niña extraña y diferente.

Todos los días le pasaba alguna cosa, unas buenas y otras malas. A ella le encantaba ir al colegio a jugar y a aprender. Tenía muy pocas amigas y amigos. Pero los que tenía eran los mejores del mundo, decía ella.

Algunas veces, las cosas malas que le pasaban se las transmitía a sus amigas. Un día le sucedió que estaba jugando con una amiga y le empujó y la amiga se hizo un esguince. Ella estuvo mucho tiempo acordándose que le había hecho un esguince a la amiga y se sentía muy mal.

Otro día la que se hizo daño fue ella. Se partió las dos muñecas y estuvo enyesada. A ella era la única que le pasaban cosas malas.

En otra ocasión fue a una feria y estuvo buscando a una hechicera . Al principio no la encontraba pero cuando la encontró vio que era guapa con los ojos marrones y un pañuelo en la cabeza.

La mujer le dijo que qué quería la niña.
La niña contestó que le quitara la mala suerte.

La hechicera le dio un colgante. Ella se lo quedó y la hechicera le dijo que no se lo quitara nunca, solo para ducharse.

Sandra desde que lleva ese colgante no le pasa nada, ni a sus amigas.

Ella sigue feliz su vida, sin mala suerte.

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