Teníamos previsto ir a Italia cuando
terminásemos la mudanza y creíamos firmemente que no habría ningún peligro.
Pero lo peor estaba aun por suceder.
Esa tarde en nuestro afán de coger un barco llamado Italian, que nos llevaría a nuestro destino, cometimos un grave error que nos conduciría a embarcarnos en una calamitosa aventura en América.
En el inicio de la travesía la mar era espectralmente tranquila y el barco nos llevaba con buen rumbo y ritmo. Sin embargo con el fin de la segunda noche nuestra madre y nosotros nos preguntábamos por la duración excesiva de este viaje.
Tras esta repentina revelación yo y mis hermanos empezamos a preocuparnos y para acabar con tal pesada incertidumbre decidimos preguntar a los demás pasajeros por el destino del barco. Pero... con cada repuesta que obteníamos, a cada cual más inaudita, empezamos a sospechar del capitán ya que la gran mayoría no sabía siquiera dónde íbamos; algunos decían: “Este barco va a Italia”, “Estamo'h seguro'h de que va a Londre'h", "Tienes que estar confundido, chico, juro por las barbas de Merlín que esta embarcación se dirige a China, etcétera, etcétera, etcétera. Tras una pequeña charla con los integrantes de la tripulación conseguimos que nos dieran permiso para hablar con el capitán y finalmente acabó con nuestra desdicha confirmandonos que íbamos a América.
Entonces empezamos a correr para decirle a nuestra madre que no estábamos yendo a Italia.
Pero cuando llegamos mi madre no estaba y empezamos a buscarla por todo el barco. Al final la encontramos paseando. Pero no parecía la misma. Le preguntamos dónde había estado y nos dijo que haciéndose un tratamiento de belleza.
Después le contamos que no íbamos a Italia sino a América y que había gente que creía que estábamos yendo a Londres, otros a Grecia, etc.
Al cabo de un mes llegamos a América y al desembarcar todos los tripulantes nos dimos un buen susto.
Parecía como si estuviésemos hubiésemos llegado a la América del siglos 17. El capitán del barco, al ver nuestra sorpresa, nos explicó que era una réplica de un pueblo de América de algunos siglos atrás.
Y nos invitaron a hacer una visita guiada por toda América, que aproximadamente duraría 2 meses.
Nos enseñaron muchas ciudades famosas y vimos un montón de cosas.
Cuando terminamos fuimos a Italia y vimos “La Ciudad del Vaticano” y museos famosos, después fuimos a Francia a ver La Torre Eiffel y la Gioconda. Al cabo de un tiempo fuimos a Londres y vimos el Big Ben, después fuimos a ver la Muralla China, y al cabo de un tiempo más, ¿a que no sabéis dónde fui?, pues a ver el Monte Fuji. Para finalizar nuestro viaje en el pueblo del que partimos. Que buenas vacaciones tuvimos por el mundo.
Esa tarde en nuestro afán de coger un barco llamado Italian, que nos llevaría a nuestro destino, cometimos un grave error que nos conduciría a embarcarnos en una calamitosa aventura en América.
En el inicio de la travesía la mar era espectralmente tranquila y el barco nos llevaba con buen rumbo y ritmo. Sin embargo con el fin de la segunda noche nuestra madre y nosotros nos preguntábamos por la duración excesiva de este viaje.
Tras esta repentina revelación yo y mis hermanos empezamos a preocuparnos y para acabar con tal pesada incertidumbre decidimos preguntar a los demás pasajeros por el destino del barco. Pero... con cada repuesta que obteníamos, a cada cual más inaudita, empezamos a sospechar del capitán ya que la gran mayoría no sabía siquiera dónde íbamos; algunos decían: “Este barco va a Italia”, “Estamo'h seguro'h de que va a Londre'h", "Tienes que estar confundido, chico, juro por las barbas de Merlín que esta embarcación se dirige a China, etcétera, etcétera, etcétera. Tras una pequeña charla con los integrantes de la tripulación conseguimos que nos dieran permiso para hablar con el capitán y finalmente acabó con nuestra desdicha confirmandonos que íbamos a América.
Entonces empezamos a correr para decirle a nuestra madre que no estábamos yendo a Italia.
Pero cuando llegamos mi madre no estaba y empezamos a buscarla por todo el barco. Al final la encontramos paseando. Pero no parecía la misma. Le preguntamos dónde había estado y nos dijo que haciéndose un tratamiento de belleza.
Después le contamos que no íbamos a Italia sino a América y que había gente que creía que estábamos yendo a Londres, otros a Grecia, etc.
Al cabo de un mes llegamos a América y al desembarcar todos los tripulantes nos dimos un buen susto.
Parecía como si estuviésemos hubiésemos llegado a la América del siglos 17. El capitán del barco, al ver nuestra sorpresa, nos explicó que era una réplica de un pueblo de América de algunos siglos atrás.
Y nos invitaron a hacer una visita guiada por toda América, que aproximadamente duraría 2 meses.
Nos enseñaron muchas ciudades famosas y vimos un montón de cosas.
Cuando terminamos fuimos a Italia y vimos “La Ciudad del Vaticano” y museos famosos, después fuimos a Francia a ver La Torre Eiffel y la Gioconda. Al cabo de un tiempo fuimos a Londres y vimos el Big Ben, después fuimos a ver la Muralla China, y al cabo de un tiempo más, ¿a que no sabéis dónde fui?, pues a ver el Monte Fuji. Para finalizar nuestro viaje en el pueblo del que partimos. Que buenas vacaciones tuvimos por el mundo.
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