Me llamo Jorge, tengo 14 años y vivo
en San Francisco con mi madre, María; mi padre, Juan y mi perro. Un día
fui a una tienda de segunda mano y me compré una cámara. Mi amigo me
dijo que era la cámara de unos adolescentes que murieron y que su
maestro les vendió la cámara. Me fui a casa y le saqué una foto al
roble que tenía en mi jardín. Al día siguiente el roble se había
muerto. Mi madre se puso a llorar, mi madre repetía la misma frase: "¿Por que, por que? ¡El regalo de mi madre...!" Mi padre la intentaba
tranquilizar, por un momento pensé que la cámara se había tragado el alma del roble, pero pensé que eso era imposible. Esa noche soñé
con el diablo, a la mañana fui al cole, y al volver atropellaron al
perro. Me quedé paralizado, pensé en la cámara. Corrí y le pregunté a
mi padre y... sí. Mi padre le sacó una foto. A la tarde pregunté a la
limpiadora de mi casa que dónde estaban mi padre, mi madre y mi
prima. Me dijo que se fueron al parque. Miré si mi cámara estaba en
mi cuarto. ¡No estaba! Salí corriendo al parque con el corazón que
me salía por la boca. Mi padre tenía la cámara en la mano. "¡Nooooo!" -
grité. Le agarré la cámara a mi padre. "¡Uuuuuf!" La sacó sólo a ¡San Francisco!
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