jueves, 15 de marzo de 2012

Mi pueblo

Mi pueblo desde lejos se ve como una bola profunda y si bajas más ves árboles grandes y frondosos, plantas que siguen su curso de vida y lo mejor es ver a la gente criando plantas, regándolas y como el corazón les parpadea.Hay muchas flores de colores con un olor intenso y sabroso que te hace la boca agua.
Después llegamos al corazón del pueblo que es lo mejor, por que la gente se pone a hablar, los comerciantes pregonando las cosas de vender y en el último rincón del corazón se oye una fuente, cayendo agua clara... un sonido que se mete por el tímpano y hace que se te olvide todo y te deja la mente en blanco.
Más allá vemos el parque donde se divierten los niños jugando con sus amigos, hablando de sus cosas con esas caras sonrientes que te nublan el entendimiento.
En las calles se escuchan los ecos que retumban hasta el final. Las casas son bajas y grandes pero hay una que siempre me gusta porque en los cristales se refleja la cara brillante del sol.
El sonido del día es muy agradable porque suenan los pájaros cantando, pero de noche es distinto porque se escuchan los grillos en los árboles.
Hace mucho tiempo en el pueblo había una casa muy, muy vieja en la que vivían unos extranjeros, que tenían dos niños. Con el paso del tiempo los niños se hicieron mayores y los padres murieron. Los niños no tuvieron hijos. Entonces uno de los niños, el mayor, murió y la niña también murió. Y desde entonces nadie quería vivir en esa casa.

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