Cuando yo era pequeño, como todas las Navidades preparábamos el árbol, la comida y bebida para los “reyes magos y sus camellos”, pues me creía que existían de verdad. Hasta que mi madre y mi abuela, a los 4 años me dijeron que no existían porque como yo creía que sí pues pedía muchas cosas como por ejemplo una maquina para ser más fuerte, alto, o listo y por la mañana al ver los regalos me extrañaba porque solo veía algunos de los que había pedido y la mitad no eran los que quería y me ponía como una furia y me ponía a gritar por toda la casa. Y esa es mi historia de “Yo y los reyes magos”. Cuando mi abuela me cuenta esta historia me hincho de reír.
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